Si estás pensando en cambiar de casa, vas a tener que enfrentarte a la decisión de qué hacer con la que estás viviendo ahora. Las dudas sobre si vender la que tienes o mantenerla y sacarle partido económico las puedes resolver evaluando una lista de pros y contras. Sobre todo, aquí juega un papel decisivo tu situación económica y la del mercado inmobiliario, así como el grado de tus necesidades y preferencias.
¿Cuál es la mejor opción?
Si decido alquilarla en vez de venderla…
Ventajas:
- Conservación de la propiedad. Eres el titular de tu inmueble y sigues teniendo opción de venderla en un futuro. Además, sigues disponiendo de ella si volvieras a necesitar usarla.
- Aval bancario. El hecho de tener un inmueble en propiedad te puede servir de aval para aumentar las posibilidades de que, por ejemplo, te concedan un préstamo.
- Rentabilidad económica a largo plazo. Cada mes recibirás un beneficio extra para cubrir otros gastos y te puede ayudar a pagar la hipoteca de tu casa nueva. Es una manera de recibir una renta continua y obtener ganancias a largo plazo.
- Papeleo sencillo. Los papeles a tramitar del alquiler son más sencillos que los de venta y el tiempo de espera es más corto.
- Seguro de hogar ante impago de los inquilinos
Inconvenientes:
- Inquilinos problemáticos. Realmente, el arrendador nunca sabe cómo son las personas que van a entrar a vivir en su vivienda. Por eso, lo mejor es tener encuentros previos de manera distendida para elegir adecuadamente al inquilino.
- Vivienda vacía. Existe la posibilidad de que el piso no se alquile durante determinados periodos de tiempo y tengas que asumir los mismos gastos sin recibir beneficios.
- Gastos derivados del mantenimiento de la vivienda
Si decido venderla en vez de alquilarla…
Ventajas:
- Obtención inmediata del dinero. Si necesitas conseguir liquidez de manera rápida y no te puedes permitir invertir en otra vivienda, la venta del inmueble es la mejor opción.
- Evitar los gastos de la vivienda del alquiler a largo plazo (reformas, impuestos, mantenimiento…)
- Ventajas fiscales. Si cumples los requisitos necesarios y destinas el dinero de la venta de tu residencia habitual en la compra de una nueva vivienda, puedes quedar exento de pagar las ganancias patrimoniales.
Inconvenientes:
- Pérdida de la propiedad. Al deshacerte de la posesión del inmueble, tu patrimonio descenderá. Piensa si en un futuro te convendría volver a hacer uso del inmueble o mantenerlo como recurso económico.
- Impuestos de ganancia patrimonial. Si vendes tu propiedad tendrás que declarar tus cambios en el patrimonio, ya que tendrás que pagar a Hacienda un porcentaje del beneficio obtenido con la venta.
- Gastos de cancelación de hipoteca
- El proceso de compraventa. Buscar y encontrar rápido compradores dispuestos a pagar el precio real de la vivienda, los papeles burocráticos y el tiempo que tienes que destinar a la negociación es un transcurso que puede resultar tedioso.
Tras hacer una valoración, ¿qué resulta más rentable?
En definitiva, si crees que te vendrá bien disponer de ese inmueble en el futuro, si no tienes prisa por obtener rentabilidad o si quieres dejar el piso en herencia, es mejor tomar el rumbo del alquiler. En cambio, si no estás pasando por tu mejor situación económica o necesitas el dinero con urgencia para solventar los gastos de compra de otro inmueble, será mejor venderla y destinar el dinero a la nueva vivienda. Ambas opciones tiene sus ventajas e inconvenientes, debes elegir la que mejor se adapte a tus necesidades.