Un divorcio conlleva muchos cambios en la vida de las personas, sobre todo, cuando hay una vivienda en común de por medio. Si te encuentras en esta situación y tienes dudas sobre qué hacer con la casa que compartías con tu expareja, en este artículo te resolvemos todas las dudas.
¿Cuáles son los pasos que debes seguir si decides vender la vivienda familiar?
Hay tres factores que debes tener en cuenta para conocer cuál es tu situación y, en consecuencia, cuáles son tus opciones de venta. Si desconoces cuál es tu régimen económico matrimonial, puedes pedir un certificado de matrimonio en el Registro Civil correspondiente. Estos son los procedimientos generales:
- Según el régimen económico matrimonial
- Bienes gananciales
Bajo este régimen, tanto las ganancias como las deudas se reparten entre los cónyuges en el momento en el que se casan. Por lo tanto, si un matrimonio se compra una casa después de la boda, el inmueble pertenece a las dos partes.
Tras el divorcio, se prescinde de este acuerdo y se le adjudica el 50% de los bienes a cada una de las partes. Si la pareja compartía una sola vivienda familiar, los beneficios tras la venta se atribuirán a partes iguales.
Es importante saber que las dos partes tienen que llegar a un acuerdo y deben ir a firmar el contrato de intermediación inmobiliaria, las arras y la escritura de compraventa.
Separación de bienes
En este caso, cada miembro de la pareja tiene su propios bienes, es decir, poseen bienes privativos. Al tratarse de un matrimonio por bienes separados, la venta se podrá realizar sin la necesidad de llevar a cabo ningún trámite adicional a la demanda de divorcio. Sin embargo, ambas partes deberán acordar un precio de venta y repartir el dinero tras la venta en la proporción correspondiente. También conviene aclarar que, en este caso, si se compra una vivienda antes del matrimonio, tras el divorcio seguirá perteneciendo a la persona que la compró.
Hijos menores de edad
Cuando la pareja tiene en común hijos menores de edad, el juez otorgará el uso y disfrute de la vivienda a los hijos hasta que sean mayores de 18 años. De esta manera, el cónyuge que obtiene la custodia podrá permanecer en la vivienda hasta la mayoría de edad de los hijos.
En caso de que los hijos sean mayores de edad y en función del régimen matrimonial, se pueden dar dos situaciones:
- La pareja deberá ponerse de acuerdo en la decisión de quién se queda con la vivienda
- Se venderá la casa
Grado de acuerdo entre la pareja
Aquí puede entrar en conflicto la aceptación y la negación de una de las partes para vender la propiedad. Esto nos lleva a preguntarnos:
¿Qué pasa si uno de los cónyuges se opone a vender la casa?
Existen varios procedimientos judiciales, pero no resultan beneficiosos para ninguno de los dos:
División de la cosa común
Es un procedimiento judicial que obliga a vender la vivienda familiar en caso de divorcio, aunque uno de la pareja se oponga. En la mayoría de los casos, la venta se lleva a cabo en subasta pública, pero las condiciones no resultan ventajosas para ninguno. El precio de venta suele ser un 20-30% más bajo de lo que se podría conseguir en valores de mercado y es un procedimiento que tarda mucho en resolverse. Por eso, lo más recomendable es llegar a un acuerdo lo más amistoso posible.
Extinción del condominio
Si uno de la pareja quiere conservar la vivienda y el otro no, se puede hacer una extinción de condominio de común acuerdo. Esto significa que el que quiere conservarla le compra el otro 50% de la vivienda al otro cónyuge, teniendo en cuenta las diferencias a nivel fiscal.
Conviene destacar que, en caso de que el matrimonio sea a través de un régimen de gananciales, en el momento de disolución del régimen matrimonial un cónyuge puede quedarse con el 100% de la vivienda, a cambio de compensar económicamente al otro (con dinero, haciéndose cargo de la totalidad de la hipoteca o ambas).
Venta de proindiviso
Consiste en vender la mitad del piso a un tercero. La parte que sí quiere vender también podría optar por transmitir su parte de la propiedad a una empresa, pero las ganancias seguirían siendo inferiores al precio de mercado (entre 35% y un 50% más bajas). Además, la expareja tiene derecho de adquisición preferente. Por ejemplo, si una empresa te hace una oferta para comprar tu vivienda como proindiviso, tu excónyuge tendrá prioridad para comprar tu parte de la casa al mismo precio que iba a pagar la empresa.
Sin duda, la mejor solución para vender una vivienda tras un divorcio es llegar a un acuerdo entre las dos partes que sea lo más beneficioso para ambas, lo que evitará problemas y agilizará los trámites. Si vives en Zaragoza y buscas asesoramiento, en Propiso te acompañamos en todo el proceso de compraventa y ponemos a tu disposición todos los servicios que necesites.